Solo piensan en lo terrenal

Texto: “Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” Filipenses 3:18-20
Este es el 3° devocional de un total de 4, en los cuales analizamos una a una las características de un “enemigo de la cruz de Cristo”, vimos que un enemigo de la cruz de Cristo adora a sus propios deseos, vimos también que se glorifica de lo que debería darle vergüenza y por ende tiene vergüenza del evangelio de Cristo. En este devocional veremos la tercera y última característica, la cual es “Que sólo piensan en lo terrenal”.
En lo personal, esta característica es la cual más me golpeo, fue como una patada en la entrepierna (los hombres saben lo que duele) ya que cuando Dios me entrego estos versículos yo estaba viviendo un proceso en mi vida donde primeramente no entendía lo que vivía y peor aún, así como Jonás, corría en dirección contraria de a donde Dios me quería llevar.
Al igual que muchas personas, el fin de mis estudios y trabajo era ganar dinero, con ese dinero para comprar cosas, salir, divertirme y listo. En ese tiempo yo ya había vuelto de mi peregrinaje en Egipto, es más aun, ya me consideraba un cristiano de los “buenos” es decir, daba mi diezmo, asistía los domingos a la iglesia y más aún, era presidente de mi unión de jóvenes, pero mi mirada seguía estando en lo terrenal. Un día por un viaje misionero le preste mucho dinero a una persona, esa persona viajo y Dios hizo maravillas con ella, predico y por lo que supe Dios la utilizo de forma maravillosa, volvimos del viaje y espere mucho tiempo y ella ni se pronunciaba del dinero, se portó mal y no me lo devolvió nunca, mi corazón se llenó de rabia. Cuando me vine al seminario pase por unos problemas económicos bien grandes y cada vez que necesitaba dinero me acordaba de esa persona, mi rabia se elevó a niveles altísimos. Cierto día discutí con mi tía, la cual me alojaba en su casa y me daba de comer. Salí a repartir comida a la gente en situación de calle con Operativos Nocturnos, me encontré con don Sergio, un abuelito de la calle, el cual me dice “Tío Freddy, hoy me sucedió un milagro tremendo, hoy alguien me dio $10.000 y podre arrendar una pieza y dormir en un hotel” yo lo abrase y mis lágrimas cayeron. Dios me recordó las innumerables veces que Él me había provisto, me mostro que yo tenía una cama y un techo a diario gracias a mi tía y más aún, mi confianza estaba en lo terrenal, en mí mismo, en lo que yo podía lograr, amaba mi dinero, y peor aún, me dijo claramente que Él nunca me mando a prestar ese dinero, sino a regalarlo, pero yo cambie ese trato y lo preste. Amaba el dinero por sobre i amistad, por sobre mi tranquilidad espiritual y emocional y sobre lo que Dios me había mandado. Ese día perdone a esta persona y aprendí a poner la mirada en lo alto.
Quizás tú como yo, pones tu confianza en lo que tú puedes hacer. Quizás pones tu confianza en tu trabajo, en tus estudios, en tus fuerzas. Quizás te estas dado cuenta en el caminar de estos tres devocionales, que pones tus deseos como prioridad y estas dejando los sueños de Dios de lado. Te invito a reflexionar.