El poder de su mirada

El Evangelio de Mateo relata lo siguiente en el capítulo 26:
31 Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas. 32 Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea. 33 Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré. 34 Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. 35 Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo....
Y así sucedió. En los versículos 70, 72 y 74, la Biblia nos muestra que Pedro negó a Jesús, y cuando el gallo cantó (era de madrugada) las palabras de Jesús calaron profundamente en su corazón, pues se acordó de lo que Jesús le había dicho... Lucas 22:61 relata que la mirada de Pedro se cruzó con la de Jesús, y se acordó de lo que él le había dicho... ¡0No puedo imaginarme todo el dolor que Pedro sintió en ese momento! Renegó de todo lo que había visto en persona: los milagros, las sanidades, la sabiduría… Renegó a Jesús... Esta situación nos es muy familiar, pues muchas veces nosotros nos sentimos de la misma forma que Pedro: conocemos de las escrituras, de la palabra de Dios, cantamos, oramos, pero aun así pecamos involuntaria o voluntariamente, y al acordarnos de lo que Dios nos ha dicho en su palabra, de cuanto nos ama, de que somos sus hijos, su especial tesoro, nuestro espíritu se quebranta y se llena de pena, remordimiento y dolor, porque una vez más le hemos fallado a quien dio su vida por nosotros... ¡Pero Jesús miró a Pedro! Aun estando en esa terrible situación, arrestado, golpeado, humillado y con una corona de espinas con la cual se burlaban de él, y esa mirada caló profundamente en su corazón. Creo que fue el momento que marcó tajantemente la vida de Pedro, pues esa mirada no creo que haya sido una mirada condenatoria, pues aun estando en la cruz, Jesús exclamó: "Padre perdónalos porque no saben lo que hacen" (Lucas 23:34). Creo que esa mirada de Jesús fue una mirada de amor, de perdón, una mirada que desnudó a Pedro y lo expuso completamente, creo que fue una mirada sanadora, llena de compasión, que cambió radicalmente la vida del que fue el que "tomó la batuta" una vez que Jesús ascendió a los cielos. Pedro entendió cuanto Jesús le amaba... Esa misma mirada es la que Jesús tiene para con nosotros... ¿Cómo le responderemos a él, ocultándonos, avergonzados de nuestros pecados, escondiendo uno de los regalos más hermoso que Jesús nos ha dado (la salvación)? ¿O nos levantaremos en la autoridad que Cristo nos da, confesando nuestra condición, recibiendo el perdón y el amor de Jesús, confiando que el que está en nosotros es mayor que el que está en el mundo (1ª Juan 4:4)? Pedro se levantó, y junto a los discípulos y seguidores de Cristo, expandieron el evangelio por dondequiera que iban... Nuestro llamado es ese, dar a conocer que esa mirada poderosa de Jesús aun hoy está vigente, él vino para que tengamos vida, y la tengamos en abundancia (Juan 10:10) No nos avergoncemos de dar a conocer a nuestro Señor y Salvador Jesucristo.